La UCI del mes: Hospital Clínic de Barcelona
Facultad de Medicina, Universitat de Barcelona
Tecnología orientada a la formación
Este mes vamos a fijarnos en esta sección de la UCI del mes en una Unidad que ha demostrado cómo aprovechar la última tecnología en labores formativas en el entorno de la Medicina Intensiva.
En el Laboratorio de Simulación Clínica, un entorno de 90 m2 conectado con la UCI Médica del Hospital Clínic de Barcelona, y dotado con toda la tecnología propia de una Unidad de Medicina Intensiva (monitores, respiradores, balón de contrapulsación, marcapasos, maniquíes de simulación avanzada, y un largo etcétera), se imparten distintos programas docentes de grado y postgrado, en colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona. También se imparte formación a residentes y enfermería, así como cursos monográficos para aspectos específicos de los cuidados del paciente crítico.
Los responsables del proyecto son el Dr. José M. Nicolás (Director académico y director de la UCI Médica), el Dr. Javier Ruiz (Co-director académico), el DUE. Miquel Sanz (Director operativo), la DUE. Eva Carvallho (Técnico laboratorio), y los instructores de simulación DUE. Ester León y Dr. José R. Alonso.
El Laboratorio de Simulación Clínica de la Facultad de Medicina tiene como misión el perfeccionamiento de los profesionales sanitarios en el manejo de las situaciones críticas del enfermo con riesgo vital.
La simulación, como método educativo de entrenamiento interactivo y retrocontrol, tiene en medicina un papel relevante para conseguir competencias clínicas avanzadas, y así garantizar una asistencia médica de calidad, que permita afrontar los problemas clínicos sin riesgo para los enfermos reales. En el ámbito de los cuidados intensivos y las emergencias, es habitual tener que evaluar de forma eficiente a los enfermos con afecciones multiorgánicas, debiendo abordar tareas complejas de manera correcta desde la primera vez que se presentan. Esto es particularmente importante para aquellos eventos graves e infrecuentes, como puede suceder en la atención a un enfermo crítico, en que hay que responder con soltura y confianza.
A pesar de lo dicho anteriormente, de entrada, los profesionales habitualmente prefieren que el aprendizaje se realice en un entorno clínico real. La generación de médicos que ejerce en la actualidad se ha preparado mediante clases magistrales y formación a pie de cama, y muchos de ellos no perciben la necesidad de nuevos métodos de aprendizaje. Para tomar conciencia de la necesidad de la simulación médica, debe recalcarse que un entorno real puede poner en riesgo el enfermo y su bienestar, no es posible asegurar el entrenamiento de eventos esporádicos y complejos, no es posible un marco reproducible y normalizado y, que la valoración del aprendizaje es difícil.
El desarrollo de una sesión de simulación médica conlleva haber definido previamente unos objetivos de aprendizaje. Además, deben establecerse los destinatarios de la actividad formativa (médicos, enfermería), tamaño del grupo, así como las herramientas y modelos disponibles. Una sesión suele desarrollarse en 15-20 minutos, habitualmente grabada con medios audiovisuales, con un retrocontrol posterior del ejercicio de simulación de similar duración. En la sesión de retrocontrol analiza el desarrollo de la actividad realizada y, de hecho, es el verdadero momento de aprendizaje. Finalmente, se valora el éxito del programa en función del aprendizaje logrado. Las sesiones se pueden repetir hasta alcanzar los objetivos de aprendizaje propuestos. Los objetivos de aprendizaje de alcanzados deben incluir las destrezas, toma de decisiones y particularmente deben evaluar la dinámica del trabajo en equipo. En este último aspecto, hay que considerar cómo se han planificado y priorizado las tareas, coordinación entre los miembros del equipo, liderazgo y asertividad, consideración de los riesgos y beneficios, y competencia colectiva.
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